Han sido numerosos los personajes e hijos ilustres que ha dado Alfaro. Su relación seria prolija, pero si que es necesario acordarse de los más importante de todos:
San Ezequiel Moreno Nació el 9 de abril de 1848 en la calle Hospital Viejo número 2. Fue monaguillo en el Convento de la Esperanza y cantor de la Colegial. El 21 de Septiembre de 1864 tomó el hábito de Religioso Agustino Recoleto en el Convento de Monteagudo (Navarra).
En 1869 fue destinado como misionero a las Islas Filipinas donde fue ordenado en Manila (3/6/1871). En 1880 recibe el nombramiento de Predicador General. Tras 15 años en Filipinas, donde desarrolla una intensa labor pastoral, es nombrado rector del Colegio-Noviciado de Monteagudo, 1885. Finalizado su trienio, se presenta voluntario para ir a trabajar a Colombia, donde comienza, junto con seis compañeros, su maravillosa, por difícil, labor en los Llanos. En 1893 es nombrado primer Vicario Apostólico de los Llanos de Casanare. En 1894 fue consagrado Obispo de Pasto, eligiendo como escudo de armas el Corazón de Jesús. En 1898 viene a Europa para efectuar la visita "ad limina", lo que aprovecha para visitar Alfaro, tras lo que regresa a Colombia. En1905, aquejado de gran enfermedad, regresa a España para fallecer un año más tarde en Monteagudo. Descansa en la Iglesia de este monasterio. Fue beatificado en noviembre de 1975 por el Papa Pablo VI y canonizado por Juan Pablo II en octubre de 1992. |
Manuel de Orovio Echagüe Nació en Alfaro en 1817 y se inició en la vida política precisamente ejerciendo el puesto de alcalde en esta ciudad riojana a la que siempre permanecería sentimentalmente vinculado.
Desde la plataforma que le ofrecía el liderazgo político en Alfaro, consiguió acceder a un Acta de Diputado provincial en 1846 y sólo cuatro años más tarde dejaba el marco de la política riojana para ser elegido Diputado a Cortes por la provincia de Logroño. De la rapidez con que se fue haciendo un lugar entre las personalidades de la política española nos habla el hecho de que en 1858 fuera nombrado Gobernador Civil de la capital. Pero, sin duda, su gran salto a la primera escena de la vida política lo dio en un momento poco propicio por lo demás, cuando en 1865 fue nombrado Ministro de Fomento para reemplazar al recientemente fallecido, el célebre Alcalá Galiano. Misión nada fácil. Por una parte, tenía que sustituir a un personaje consagrado como Alcalá Galiano y, por otra, tenía que hacer frente a una ardua situación en el terreno educativo como la polémica que se había planteado en la Universidad en torno a la figura del catedrático Emilio Castelar. En 1868 La reina le concede un marquesado. Cuando en 1875 se vuelve a plantear una situación de similar discrepancia entre profesores de tendencia republicana y secularizadora, por un lado, y Gobierno e Iglesia, por otro, su figura se presentará como la adecuada para actuar en el mismo sentido que lo había hecho en la década anterior. Manuel de Orovio acabó sus días en 1883 en el puesto de senador vitalicio que Isabel II le había concedido en los años sesenta. |