COLEGIATA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Bajo 3000 m2 de teja, que cubren un entramado abovedado de arcos
de medio punto, se disponen doce capillas en los laterales
de una planta rectangular, cuyo centro hace de eje de las
procesiones clausúrales.
Los muros interiores
están coronados por entablamentos y frisos de serafines alados.
El coro ocupa
parte de esa nave central, dejando los consabidos pasillos procesionales.
Su acceso se realiza a través de una monumental reja
barroca de 1697 pasando a un interior de sillerías
corales, construidas en nogal, con tableros donde destacan
en relieve esculpido los santos en el orden de la letanía.
Los marcos llevan ricas tarjetas, aislándose mediante guirnaldas,
acantos y pirámides.
Se observa
una gran diferencia entre el trabajo de la sillería superior
respecto de la inferior, debido a que la de arriba la realizó
el maestro Mateo Rubalcaba, que murió cuando
iba a comenzar la parte baja en 1708, acabándola otro escultor,
seguramente un discípulo.En
el coro se encuentra un órgano muy reformado.
Dando la espalda al coro se sitúan los feligreses; frente
a ellos y haciendo las veces de altar, un hermoso baldaquino
que sigue el mismo esquema que una custodia procesional barroca,
coronado por una fabulosa talla de San Miguel, realizada
en 1635 por Gregorio Fernández.
Las capillas se encuentran en los laterales y cabecero. En el ala
izquierda las capillas de San Esteban, del Santo Entierro, de San
Joaquín y Santa Ana y la de los Desposorios.
En el ala derecha
las capillas de San Juan Bautista, la del Niño Jesús,
la del Amor Hermoso, la de las Ánimas y la de San Roque,
patrón de la ciudad.
El cabecero
está ocupado por 3 hermosas capillas con cúpulas decoradas
con frescos.
La capilla
de San José contiene un hermoso retablo de tres
calles flanqueadas por columnas salomónicas que contienen
tallas de San José, San Gregorio y Carlos Borromeo, coronado
todo por un calvario del s. XIII.
La capilla
del Rosario es por la que se comienza la construcción
de ésta colegiata y por dónde acaba. En su testero
luce un magnifico retablo barroco dedicado a nuestra Señora
del Rosario.
Por último
la capilla de San Ildefonso, también llamada de los
Araciel, ya que fue posesión de ésta familia.
Cierra la capilla una reja del siglo XVIII con la Cruz de Santiago,
en el centro del rosetón y el escudo de armas de la familia
en su ático.
Un bello retablo
de 1710 ocupa su frente; los laterales de la capilla están
cubiertos por dos grandes lienzos que evocan la vida de
San Ildefonso y la Batalla de las Navas de Tolosa; bajo
éste cuadro se encuentra el sepulcro del arzobispo de Zaragoza,
don Manuel Pérez de Araciel y Rada, con su escultura orante
en alabastro.
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